12 marzo 2010 a las 1:12 AM | Publicado en Divulgación de la Antropología | 6 comentarios
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Por: Ricardo Cabrera

Introducción

Actualmente, el planeta Tierra atraviesa por una de sus peores crisis ambientales. La destrucción de diferentes ecosistemas por parte de los seres humanos ha llevado a miles de especies animales y vegetales al borde de la desaparición.  Los grandes simios[1] se encuentran en situación crítica, ya que la destrucción de sus selvas tropicales, la caza de que son objeto para consumo humano y la matanza de familias enteras con el fin de obtener las crías para su venta como mascotas o a laboratorios ha dejado a estas especies de primates en el límite de la extinción.

Parientes peludos de la humanidad

Dentro del orden de los primates existe un grupo de animales que apareció hace 25 millones de años en el continente africano, llamados científicamente hominoideos, los cuales desarrollaron una serie de adaptaciones que los llevó a especializarse en la braquiación como medio principal de locomoción. Desde entonces, la evolución de estas formas primates fue tan exitosa que colonizaron el resto del Viejo Mundo.

Hominoideos como Procónsul, Kenyapithecus y Afropithecus vivieron exitosamente en territorio africano. Posteriores radiaciones hacia el resto del Viejo Mundo llevaron a la aparición de nuevas especies en Europa y Asia, ejemplos son el Pierolapithecus catalaunicus[2], Ramapithecus[3] y Oreopithecus bambolii. Éste último vivió hace ocho millones de años en lo que hoy es la isla de Toscana, Italia, desarrollando la adaptación a un andar bípedo.

En la actualidad, son pocos los grandes simios que han sobrevivido: los gibones del sureste asiático[4], los orangutanes que se aferran a la vida en las deforestadas islas de Sumatra y Borneo, los gorilas africanos[5] y las dos especies de chimpancés[6].

Las culturas de los Grandes Simios

Investigaciones científicas han documentado comportamientos culturales en diferentes poblaciones de grandes simios[7]. Los estudios pioneros de la primatóloga británica Jane Goodall con las comunidades de chimpancés del Parque Nacional Gombe, Tanzania, descubrieron el uso de herramientas – previamente modificadas de la naturaleza – para la obtención de termitas. En el parque nacional Tai, localizado en Costa de Marfil, los chimpancés utilizan el concepto del yunque y el martillo para romper nueces de cáscara dura[8]. Uno de los últimos descubrimientos  de la primatología cultural es la elaboración y utilización de herramientas para la caza de galagos[9] por chimpancés del Senegal[10].

En comunidades de orangutanes se ha registrado el uso de púas para extraer el néctar de frutos espinosos, evitando así lastimarse. Es tal la complejidad comportamental de los grandes simios y su evidente capacidad para crear “cultura”, que el primatólogo español Jordi Sabater Pi, señaló la existencia de áreas culturales para los chimpancés dispersas por la selva tropical africana[11].

Grandes simios y seres humanos

En el último siglo estos grandes animales han sido objeto de persecución, abuso, privación de la libertad y exterminio por parte de los seres humanos. La devastación de las selvas tropicales ha obligado a estas especies a refugiarse en los últimos reductos de estos ecosistemas. La cacería furtiva, también ha diezmado a estas poblaciones, debido a que su carne es un manjar y una costumbre culinaria inherentemente arraigada en muchos pueblos africanos. La captura de individuos de estas especies para fines científicos es otra de las causas de la creciente disminución de sus poblaciones.

Los grandes simios han sido vistos a lo largo de la historia como seres evolucionados a medio camino, como animales que hay que aprovechar debido a la exquisitez de su carne o como objetos para vender y obtener jugosas ganancias, pero nunca como seres cercanamente emparentados a nosotros.

La percepción popular hacia los grandes simios, ha estado cargada de subjetividades y prejuicios, baste con citar las expresiones populares que hacen alusión a los grandes simios como sinónimo de idiotas, salvajes, faltos de cultura o como seres que se quedaron a mitad del camino evolutivo para entender la percepción humana hacia estos primates. Expresiones como “mono apestoso” o “pareces gorila” son tan comunes cuando se trata de insultar a algún humano moderno.

De la reverencia y el temor a la exterminación

Durante muchos años, los encuentros ocasionales con la otredad simiesca provocarón la creación de relatos y leyendas que convirtieron a estos seres en temibles y enigmáticos. El parecido externo con el hombre movió poderosamente la atención de la mente humana, llenándola de miedo y simbolismo. Seres tan parecidos a los humanos debieron quedar grabados en la memoria colectiva de los pueblos. El orangután es un claro ejemplo de ello, palabra malaya que significa “hombre de la selva” y que, cuenta la leyenda, engañó a los humanos aparentando no saber hablar para que no lo pusieran a trabajar.

En las islas indonesias existen relatos de una criatura pequeña y bípeda que se internaba en los pueblos para robarse a los niños y alimentarse de ellos. Conocido en los mitos populares como Ebu gogo – la abuela que se come todo – sería una especie de primate bípedo y pequeño que vivió en la región y que, podría estar relacionado con el Homo floresiensis hallado en el año 2003 en la isla de Flores.

Pégale a lo que se parezca más a ti

En los últimos cien años, los encuentros con la otredad simiesca han desembocado generalmente en el asesinato, captura y destrucción de sus hábitats. Pareciera que hay que eliminar a lo que se parezca más a nosotros, a lo que nos recuerde que somos parte de un proceso evolutivo que se originó en África y que junto con chimpancés, gorilas, orangutanes y gibones compartimos un ancestro común.

La cultura de la depredación humana avanza rápidamente por las selvas tropicales de África y Asia arrasando a su paso con poblaciones enteras de especies. Las diferentes culturas de los chimpancés y orangutanes están desapareciendo velozmente. Los gorilas de las montañas Virunga están rodeados por pueblos en extrema pobreza y terribles guerras genocidas, dejando a los menos de 600 individuos en grave riesgo de extinción.

La cacería furtiva continua, recién en julio de 2007 en las laderas de estas montañas fueron masacrados siete gorilas, sin que hasta el momento se conozcan a los responsables de esta barbarie[12]. En Borneo, grandes extensiones de selva tropical han sido taladas para el cultivo de la palma aceitera, utilizada como componente de productos alimenticios (chocolate, helados), productos para la higiene (jabones, champús) y para biocombustibles, dejando sin sus hábitats a las ya mermadas poblaciones de gibones y orangutanes, que terminan por refugiarse en los pocos manchones de selva que sobreviven en la isla.

El olvido de los grandes simios, reflexiones desde y para la Antropología Física

Pareciera ser que el estudiante de la ENAH no repara en lo más mínimo en la grave situación que atraviesan los grandes simios. Inmerso en si mismo, tal vez por el hecho  de que el ser humano es un primate que piensa demasiado en si mismo, parece desconocer todo lo relacionado con los primates mas próximos a nosotros – desde sus complejas capacidades culturales y cognitivas, hasta el hecho de que hace seis millones de años compartimos un ancestro común con ellos -, el interés por ayudar a salvar de la extinción a gibones, orangutanes, gorilas y chimpancés se torna en apatía,  insensibilidad e indiferencia, originando que la comunidad antropológica de la ENAH, se quede en silencio ante la extinción de los grandes simios.

A la defensa de los Grandes Simios

Hace tiempo que la comunidad de la ENAH, debió hacer una pronunciación al respecto, antropólogos sociales, arqueólogos, lingüistas y principalmente antropólogos físicos debieron – moralmente hablando – manifestarse al respecto. Pero pareciera ser que las diferentes carreras de la escuela – con sus específicos posicionamientos teóricos – olvidan el vínculo genético de los seres humanos con los grandes simios.

Los antropólogos culturales inmersos en los procesos sociales que han aparecido a lo largo de la historia humana, parecen olvidar ese vínculo genético y cultural con los chimpancés. En arqueología, lo único que parece importar es que las piedras hablen y el tepalcate descifre la antigua civilización humana, priorizando la enseñanza de la técnica y olvidando el proceso biocultural que hizo del primate humano un ser capaz de construir civilizaciones.

La antropología física es la disciplina que – por su propuesta formativa – nos puede acercar más a comprender el vínculo que tiene el primate humano con los grandes simios. Materias como geología histórica, filogenia primate, paleoantropología, teorías evolutivas, antropología del comportamiento y prehistoria son piedra angular para comprender la relación entre los seres humanos y la otredad simiesca. Sin embargo, no ocurre así, y el olvido de los grandes simios – su sobrevivencia o extinción – sigue presente entre nosotros, ¿por qué?

En alguna ocasión, el doctor en filosofía de la ciencia José Luis Vera comentó que los antropólogos somos unos primatólogos muy singulares, porque estudiamos a un primate singular: el ser humano, que elabora cultura, que vive en mundos simbólicos, que es capaz de hacer ciencia y estudiar la naturaleza de las cosas. Como antropólogos, olvidar el vínculo que tenemos con los grandes simios, desinteresarse ante la grave crisis que enfrentan, es olvidarnos de la esencia que caracteriza nuestra disciplina: la búsqueda y comprensión de nuestros propios orígenes.

Bibliografía

– Cavalieri, P. y Singer, P. (Eds.). (1998). El proyecto «Gran Simio»: la igualdad más allá de la humanidad. Madrid: Trotta.

– Fossey, D. (1993). Gorilas en la niebla. Barcelona: Salvat.

– Fouts, R. (1999). Primos hermanos. Barcelona: Ediciones B.

– Goodall, J. (1993). A través de la ventana: treinta años estudiando a los chimpancés. Barcelona: Salvat.

– Sabater Pi, J. (1992). El chimpancé y los orígenes de la cultura. Barcelona. Anthropos.


[1] El concepto “Grandes Simios” hace alusión a primates con características propias hacia la braquiación, citando a los gibones, orangutanes, gorilas, chimpancés y humanos como miembros del grupo.

[2] Hallado en Cataluña,  presenta características morfológicas que tienen orangutanes, gorilas, chimpancés y humanos, por lo que el paleontólogo español Salvador Moyà-Solà  propone que es el ancestro común de los mismos.

[3] Ancestro directo del Orangután.

[4] Existen nueve especies de gibones.

[5] Se consideran tres subespecies: Los gorilas de las tierras bajas occidentales, tierras bajas orientales y el famoso gorila de montaña

[6] Pan troglodytes y Pan paniscus

[7] En las ciencias antropológicas, existe un debate sobre si los Grandes Simios poseen capacidades “culturales” o “protoculturales”. Véase: Topete, Hilario, “Protocultura en el traspatio”, en Diario de Campo, Boletín interno de los investigadores del área de Antropología. Mayo-junio 2008. No. 98.

[8] El fruto es la Panda oleosa.

[9] Pequeños primates pertenecientes al suborden prosimio.

[10] Véase: Jill Pruetz y Paco Bertolani, en “Savanna Chimpanzees, Pan troglodytes verus, Hunt with Tools”. En Current Biology, Volume 17, Issue 5, 412-417, 6 March 2007.

[11] Cita principalmente tres culturas: de los bastones, de los martillos para romper nueces y de las hojas utilizadas a manera de esponja para obtener agua.

[12] Véase: “¿Quién asesinó a los gorilas de Virunga?” en Revista National Geographic. Julio 2008. pp. 46-75.

5 marzo 2010 a las 12:05 AM | Publicado en Divulgación de la Antropología | Deja un comentario
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Por: Víctor Acuña Alonzo

Equipo de la Universidad de Copenhague obtuvo la mayor parte de la secuencia del genoma de un esquimal que vivió hace 4 mil años en Groenlandia

Los estudios de ADN antiguo han logrado avances muy significativos en los últimos años. El caso de mayor impacto es el estudio de ADN de neandertales. En un principio, estos análisis se limitaron al estudio de pequeñas regiones del ADN mitocondrial y demostraron que existen claras diferencias genéticas entre neandertales y humanos (tanto contemporáneos como antiguos), lo que lleva a suponer que no hubo flujo génico , es decir, mestizaje entre estas dos especies.

En el 2009 el grupo de investigación dirigido por el Dr. Svante Pääbo publicó los primeros y controvertidos resultados del ambicioso proyecto “Genoma del neandertal”, el cual busca obtener la secuencia completa del ADN nuclear[1] y que sólo fue posible gracias a dos aspectos: 1) los enormes avances en las tecnologías de secuenciación; y 2) el hallazgo de especímenes de neandertal excepcionalmente bien conservados y mínimamente contaminados.

Los nuevos datos han contribuido a describir con mayor precisión el proceso de divergencia y especiación de neandertales y humanos (hace unos 370 mil años), pero además han permitido estimar las características físicas de algunos neandertales como el color de ojos, piel y cabello e incluso saber si humanos y neandertales tenían la misma secuencia en el gen FOXP2, unos de los genes fundamentales en la evolución de la capacidad humana del lenguaje.

El primer estudio del genoma de un humano antiguo

En América, los estudios de ADN antiguo prometen ser una pieza clave para entender los procesos migratorios prehistóricos y precolombinos. Hasta la fecha se han obtenido secuencias de ADN  mitocondrial de restos de Alaska, México, Perú y la Patagonia, contribuyendo a la descripción de la variación genética de las poblaciones nativas americanas.

El 11 de febrero de 2010 se publicó en la revista Nature un artículo que marca una nueva etapa en el estudio del ADN antiguo humano y que es de especial interés para la discusión de los procesos migratorios hacia América. La investigación dirigida por Eske Willerslev de la Universidad de Copenhague obtuvo por primera vez la mayor parte del genoma de un humano extinto, un avance considerable cuando hasta la fecha sólo se ha obtenido la secuencia completa de 8 genomas humanos (si bien está en marcha el proyecto de los “mil genomas”).

Se trata de un esquimal varón que vivió en los primeros asentamientos humanos de la cultura Saqqaq en Groenlandia hace unos 4 mil años. El ADN se extrajo de una muestra de cabello conservada en una capa subterránea de hielo. Las temperaturas frías preservaron el material genético. Además, estaba  libre de contaminación de ADN humano moderno.

Puesto que se han recuperado escasos restos humanos de las culturas nativas de las regiones árticas del Nuevo Mundo, este trabajo arroja información importante para conocer los orígenes de estas culturas, sus relaciones biológicas con las poblaciones actuales e incluso sus características físicas.

Aunque debe interpretarse con precaución, el estudio de genes nucleares de este individuo permite hacer un “retrato hablado” molecular. De acuerdo a las variantes genéticas encontradas, algunos rasgos probables de este individuo son: grupo sanguíneo A+, cuya frecuencia es alta en la costa este de Siberia; ojos color café, piel pigmentada, cabello oscuro y espeso, predisposición a la calvicie; dientes en forma de pala y tipo de cerumen seco, estas dos últimas características comunes en asiáticos y amerindios.

En cuanto a las relaciones genéticas con otras poblaciones, los análisis comparativos muestran que genéticamente el individuo de Saqqaq tiene mayor similitud con las poblaciones del Ártico del Viejo Mundo que con las poblaciones nativas de América, en especial muestra una mayor proximidad a los chukchis. Su cromosoma Y (paterno) pertenece al linaje Q1a que es común en poblaciones siberianas y nativas americanas mientras que su ADN mitocondrial (materno) es a fin a poblaciones de las islas Aleutianas y de Siberia. Finalmente los análisis de mestizaje no registraron una contribución europea.

Este estudio esclarece la historia demográfica de las culturas del Ártico y muestra que el poblamiento antiguo de Groenlandia parece haber sido protagonizado por migraciones independientes de las de los ancestros de los Nativos Americanos e Inuit actuales, siendo más afines a poblaciones del noreste ártico asiático.

Fuente

 Ancient human genome sequence of an extinct Palaeo-Eskimo

Morten Rasmussen et al

Nature 463, 757-762 (11 February 2010)

http://www.nature.com/nature/journal/v463/n7282/full/nature08835.html

 

Recomendaciones para leer sobre ADN antiguo

  • Ancient DNA.

Hofreiter, M., Serre, D., Poinar, H.N., Kuch, M., y Pääbo, S.

Nature Reviews Genetics, 2001. 2: 353-360

Disponible en PDF en: http://email.eva.mpg.de/~paabo/pdf1/HofreiterAncDNA_NatRev2001.pdf

  • Founding Amerindian mitochondrial DNA lineages in ancient Maya from Xcaret, Quintana Roo.

Gonzalez-Oliver A, Marquez-Morfin L, Jimenez JC y Torre-Blanco A.

Am J Phys Anthrop. 2001. 116(3):230-235.

 

  • Genetic analysis of early holocene skeletal remains from Alaska and its implications for the settlement of the Americas.

BM Kemp, RS Malhi, J McDonough, DA Bolnick, JA Eshleman, O Rickards, C Martinez-Labarga, JR Johnson, JG Lorenz, EJ Dixon, TE Fifield, TH Heaton, R Worl, y DG Smith

Am J Phys Anthropol, Apr 2007; 132(4): 605-21.

  • Genes de neandertal.

Carles Lalueza Fox.

Ed. Síntesis, Madrid, 2006.

  • Review Paper. Ancient DNA

Eske Willerslev y Alan Cooper

Proc R Soc B, Jan 2005; 272: 3 – 16.

Disponible en PDF en: http://rspb.royalsocietypublishing.org/content/272/1558/3.full.pdf+html

Links de interés

  • Artículos del Dr. Svante Pääbo del Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology.

http://email.eva.mpg.de/~paabo/files/public.html

  • Neandertal Genome Project

http://www.eva.mpg.de/neandertal/

  • 1000 Genomes Project

http://www.1000genomes.org/page.php

  • Willerslev Lab

http://www.dna.gfy.ku.dk/ew/ew_cv.html#anchor


[1] El código genético del ADN del núcleo de la célula es mucho mayor que el ADN de la mitocondria. Por ejemplo, en humanos el ADN nuclear lo constituyen unos 3 mil millones de nucleótidos mientras que el ADN mitocondrial lo conforman “tan sólo” 16,500 nucleótidos. Además la secuenciación del ADN nuclear supone un reto mucho mayor al tratarse de material genético del cual se encuentra sólo una copia por célula y que tienen mayores posibilidades de degradación y contaminación.

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