Minería y enfermedad

23 abril 2010 a las 12:29 AM | Publicado en Divulgación de la Antropología | 12 comentarios
Etiquetas: , , , , , , ,

María Teresa Menéndez Taboada

“La minería no era considerada como un arte humano,

sino como una forma de castigo; combinaba el terror del calabozo

con la exasperación física de la galería subterránea…”

(Mumford, 1934:67)

La acción de la conquista, el azote de las epidemias  y las nuevas condiciones sociales incidieron en la disminución de la población indígena. Al finalizar el siglo XVI, en la Nueva España se habían extinguido cerca del 90% de la población original. La población natal siguió decreciendo de manera lenta pero constante, aun sin epidemias, debido a la desintegración de la economía nativa y a las malas condiciones de vida. Ante tal panorama, la rama minera vio amenazada su producción y sus ganancias. Por tanto, fue necesario suplirla de alguna manera mediante el desarrollo de un complejo sistema, adecuado y eficaz. Sus métodos adquirieron una mayor importancia después de 1576, cuando se agudiza aún más la crisis demográfica. Este problema, fomentó una regulación laboral para la minería que precisara los términos para el empleo de los naturales sobrevivientes y la cantidad proporcional que debían ofrecer los pueblos (Cubillo, 1991: 192 y 193).

Cubillo (1991: 201) describe que los indios eran explotados, las condiciones de trabajo eran deplorables y que los largos recorridos por caminos abruptos y los cambios de clima fueron elementos que contribuyeron a que aumentara el número de muertes. Fray Toribio de Benavente señala que entre las grandes plagas que azotaron a la población indígena, debía considerarse la de las minas, en donde los indios que hasta hoy en ellas han muerto no se podrían contar (Benavente, 1971: 26).

Grabado tomado de León-Portilla (2007: 16).

Ser minero en Zimapán…

Gran parte del territorio que comprende Zimapán y otros municipios de Hidalgo se encuentra entre llanuras, sierras y lomeríos, los cuales desde la época del Virreinato favorecieron la actividad minera (Coll y Sánchez, 1998: 182).  Algunos de los pueblos que estuvieron circunscritos en el área de influencia de las minas de Pachuca a Zimapán llegaron al borde de la desintegración, entre otras causas por tener que estar ocupados en dar servicio forzoso por repartimiento a las minas. Los indígenas se quejaban de que sus pueblos habían quedado prácticamente vacíos, deshabitados y que no había quien atendiera las labores comunitarias. Como podemos ver, el sector minero español, hizo posible su sueño y su riqueza gracias a la explotación de los indígenas (Cubillo, 1991: 200 y 201). Sin duda, la actividad de la minería propició el aumento de los índices de mortalidad. Wolff (1983) también argumenta que una de las principales actividades que ponen en riesgo al ser humano de contraer enfermedades infecciosas, es la minería (1983: 266). Por lo tanto, una de tantas consecuencias que ha tenido el impacto de dicha actividad sobre el organismo de los mineros ha sido la enfermedad.

La tuberculosis (TB) es un claro ejemplo de lo anterior, ya que se trata de una enfermedad infecciosa comúnmente asociada a los pulmones, que se contrae y transmite por vía aérea, pero que puede afectar casi a cualquier tejido u órgano del cuerpo. Usualmente es una enfermedad crónica que persiste por meses e incluso años. La infección se produce a causa del bacilo Mycobacterium tuberculosis, sin embargo, este bacilo no es la única condición para contraer tuberculosis, ya que esta enfermedad es probablemente la que mejor ilustra el principio de las causas multifactoriales: nutrición, edad, alcoholismo, actividad laboral y genética (Kiple, 1993: 1059).

Adentro de esos cerros es bonito ganar dinero, pero el peligro… ahí tiene uno que hacer unas cosas adentro y al otro día tiene uno que recibir todos esos gases de la disparada de la pólvora que se ha quemado para tumbar el cerro, como no entra el aire y entonces esos gases se los va uno pasando ¡tierra de metal! y eso va pegándose aquí en los pulmones (señala su pecho). Yo he vomitado como dos veces por la boca sangre, la segunda eché más sangre que la primera, eché como tres litros y ya no podía caminar

(Entrevista a Don Luis, ex minero. Zimapán 2009).
 
 

 

Refrencias bibliográficas

Benavente, Fray Toribio de (Motolinía) 1977. Memoriales o libro de las cosas de la Nueva España y de los naturales de ella. O´Gorman, Edmundo (ed.). UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas. D.F., México.
 
 Coll Hurtado, Atlántida y Sánchez Salazar, Ma. Teresa (1998) Minería y electricidad. En: La minería mexicana de la Colonia al Siglo XX. Herrera, I. (coord.). Instituto Mora, D.F., México. Pp. 182-204.
 
 Cubillo Moreno, Gilda (1991) Los dominios de la plata: el precio del auge, el peso del poder. Empresarios y trabajadores en las minas de Pachuca y Zimapán, 1552-1620. INAH. D.F., México.
 
Kiple, Kenneth (1993) The Cambridge World History of Human Disease. Cambridge University Press. Massachusetts, E.E.U.U.
 
 León-Portilla, M. (2007) Minería en el México Antiguo. En: Una visión de la minería. Artes de México. No.86. Pp. 9-17.
Mumford, Lewis (1934) Technics and civilization. Harcourt, Brace & World, Inc. Nueva York, E.E.U.U.
 
 
Wolff, George (1983) Tuberculosis and Civilization. Part II. Interpretation of the Etiological Factors in the Epidemiology of Tuberculosis. En: Human Biology. Vol. 10, No. 2. Pp. 250- 384.

19 febrero 2010 a las 12:05 AM | Publicado en Divulgación de la Antropología | 7 comentarios
Etiquetas: , , , , ,

por María Teresa Menéndez Taboada

Para decepción de innumerables personas, entre ellas poetas quienes han elegido al corazón como origen de todas las emociones del ser humano, una explicación fisiológica revela que esas “mariposas en el estómago” y demás síntomas propios de los enamorados tienen su origen en un órgano frío y poco romántico: el hipotálamo. Del tamaño de un chícharo y por muy insignificante que pudiera parecer, es responsable de importantes funciones y conductas humanas.

No podemos negar que las emociones son un hecho científico y existe una química interna relacionada entre éstas, nuestros sentimientos y nuestro comportamiento; hasta la más sublime sensación se conecta con la producción de alguna hormona. Por tal motivo, la conducta sexual no es más que una serie de eventos físicos, químicos, psíquicos y afectivos conectados de algún modo; interactúan y se afectan unos a otros.

Anatomía del amor

Muchas maneras de comportarse, identificadas por psicólogos y otros especialistas, se deben a grupos de células localizadas en el tallo encefálico. La región más importante de todas es el hipotálamo (Smith, 1974: 264).

Ubicado por debajo del tálamo y arriba de la hipófisis, el hipotálamo forma parte de las paredes y piso del ventrículo medio en el cerebro. Está constituido por conglomerados de sustancia gris que, además de comunicarse entre sí, se relacionan con zonas distantes del cerebro (Quiroz, 1978:301).

Estudio de mujeres enamoradas V (2006) de Enrique Álvarez Aldana.

Carpenter (1990) señala que el hipotálamo es especial por su íntima y única relación con la sangre y las vísceras. Esto se debe a que ejerce control directo en la hipófisis y muchas de sus células receptoras responden al medio interno y las hormonas circulantes. También tiene conexiones masivas con el sistema límbico, el cual le proporciona información procesada acerca de los estímulos externos y lo capacitan para producir respuestas externas en forma de comportamiento. En pocas palabras, el hipotálamo es un detector de necesidades y un generador de respuestas (1990: 298).

Fisiología del amor

La estimulación fisiológica del hipotálamo puede desencadenar muchas respuestas autonómicas, por ejemplo (Romanes, 1987: 759; y Ruiz, 2003: 8):

  • Cambios en la frecuencia cardíaca (el corazón late más rápido -130 pulsaciones por minuto-).
  • Cambios en la presión arterial (la sistólica o máxima se eleva).
  • Hiperglucemia (aumenta la capacidad muscular).
  • Más glóbulos rojos para mejorar el transporte de oxígeno por el torrente sanguíneo (enrojecimiento de la cara).
  • Mayor temperatura corporal con sudoración.
  • Torpeza en ciertos movimientos.
  • Labios resecos.
  • Temblor en las rodillas.
  • Efecto hipnotizador.

Los especialistas han encontrado que el cerebro produce una elevada cantidad de endorfinas y encefalinas (sustancias producidas por el hipotálamo). Semejan por su composición química a drogas como el opio y la morfina, por ello también reciben el nombre de opiáceos endógenos; otra sustancia que secreta el cerebro es la feniletilamina, la cual se parece a las anfetaminas. Por lo tanto, el verdadero enamoramiento ocurre cuando se produce esta feniletilamina: al inundarse de dicha sustancia, el cerebro responde mediante la secreción de dopamina, norepinefrina y oxitocina; así comienza el trabajo de los neurotransmisores que dan lugar a los arrebatos sentimentales; en síntesis: se está enamorado. Sin embargo, con el tiempo el organismo se va haciendo resistente a estas sustancias y sus efectos (como con cualquier droga), entonces las sensaciones disminuyen y hacen que la etapa pasional del enamoramiento no dure para siempre y ésta sólo dura un año.

Después comienza una segunda etapa y el amor se convierte en un sentimiento de seguridad, comodidad y paz. Esta etapa es la del apego, cuando surge el temor por perder al ser amado debido a la disminución de las dosis recibidas. De tal modo, para conservar a la pareja es necesario buscar mecanismos socioculturales para que el proceso deje de ser sólo químico: buena convivencia, costumbre e intereses mutuos, entre otros. Por el contrario, si no se han establecido intereses comunes y empatía la pareja, tras la baja de feniletilamina, se sentirá cada vez menos enamorada y llegará la insatisfacción, frustración, separación e incluso el odio (Ruiz, 2003: 30).

El beso (1907-1908) de Gustav Klimt.

Otro factor asociado con el hipotálamo es la inquietud por reproducirse (Smith, 1974: 268). La función reproductora es regulada e integrada por los sistemas endócrino y nervioso, que actúan de forma coordinada para lograr el desarrollo y mantenimiento de los caracteres sexuales y conductas relacionadas. El sistema nervioso es receptor y coordinador de los estímulos externos e internos, que influyen en la reproducción y elabora las hormonas hipotalámicas encargadas de desarrollar y mantener los caracteres sexuales y funciones asociadas (Cingolani y Houssay, 2000: 684).

Para finalizar, debemos tomar en cuenta que las lesiones en el hipotálamo pueden ocasionar trastornos endócrinos sexuales, cambios menstruales y alteraciones de la líbido (Ibid: 686), así como la pérdida del interés y la potencia sexual (Smith, 2000: 268).

Bibliografía

Carpenter, R. 1990      Neurofisiología. El manual moderno. D.F., México.

Cingolani, H. y Houssay, A. 2000      Fisiología humana de Houssay. Ateneo. Buenos Aires, Argentina.

Quiroz, E. 1978      Anatomía Humana. Tomo II. Porrúa. D.F., México.

Romanes, G. 1987      Cunningham tratado de anatomía. Interamericana. Madrid, España.

Ruiz, Y. 2003      La química de la atracción. En Quo. Pedroza, C. (ed.), num. 6, año 6, Pp. 26.35.

Smith, C. 1974      El cerebro. Alianza. Madrid, España.

Página siguiente »

Blog de WordPress.com.
Entries y comentarios feeds.